Estamos en las caballerizas del Palacio, una de las más antiguas de Sevilla, destinadas a la guarda de los animales de tiro de los coches de caballos, especialmente durante la primavera y la Feria de Abril. Por esas fechas con suerte podrá contemplar la salida de los coches hacia el Real.
La Feria constituye un acontecimiento unido indisolublemente a la primavera sevillana desde 1846, aunque originariamente había nacido como fiesta agrícola y ganadera, pero también comercial. Sevilla se convertirá en una ciudad plenamente turística, considerada emblema de la cultura española, poniéndose de moda lo “sevillano” y atrayendo a los visitantes extranjeros, algunos de ellos tan famosos como los príncipes Rainiero de Mónaco y Grace Kelly o la primera dama estadounidense Jacqueline Kennedy, invitadas por los duques de Alba en el palacio de las Dueñas en 1966.
En 1947 tuvo lugar el matrimonio entre la duquesa Cayetana Fitz-James Stuart y Silva y el duque Luis Martínez de Irujo y Artázcoz, hijo del duque de Sotomayor, considerado como uno de los mayores acontecimientos sociales de la época. Ella y su padre acudieron a la Catedral desde el Palacio de las Dueñas en coche de mulas enjaezadas con borlajes jerezanos. Las mantas que lucían los asientos de los cocheros decían escuetamente con caligrafía inglesa Alba, tradición que ha continuado en las bodas de algunos de sus hijos, que eligieron Sevilla para la celebración de sus matrimonios.
En el muro de la izquierda, puede observar las iniciales de la Casa de Alba, imitando una marca ganadera, con las letras A-B de las casas Alba-Berwick, y sobre ellas la corona ducal.
En la Caballeriza se conserva un recuerdo de la emperatriz de Francia Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III y hermana de Francisca, más conocida como Paca, casada con Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia. En este guadarnés, podemos ver los aperos de su silla de montar, confeccionada en textiles de algodón ornamentados con bandas de trenzados y borlas, que procede de los talleres granadinos y conserva el conjunto de sus mantas, así como las alforjas de cuero repujado con motivos de arabescos y un poncho mexicano, en el que puede apreciarse una fuerte impronta del arte popular de aquel país.
Frente a esta vitrina podemos observar las columnas que sostienen estas caballerizas, que se encuentran soterradas más de 2 metros y provienen de unos antiguos baños árabes anexos a la mezquita erigida en el año 478 sobre la que se construyó la iglesia de San Juan de La Palma.